El dolor lumbar, también conocido como lumbalgia, es una de las causas más frecuentes de consulta en kinesiología y una de las principales razones de ausentismo laboral y deterioro funcional en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a más de 568 millones de personas y es la principal causa de discapacidad en 160 países.
¿Qué es el dolor lumbar?
Hablamos de dolor lumbar cuando existe molestia o rigidez en la zona baja de la espalda. Puede ser agudo (menos de 6 semanas), subagudo (6 a 12 semanas) o crónico (más de 12 semanas). A menudo no está relacionado con una única causa, sino que es el resultado de múltiples factores físicos, emocionales y del estilo de vida.
Principales causas y factores de riesgo
Entre los factores que más contribuyen al desarrollo de esta condición están:
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Sedentarismo o falta de ejercicio.
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Posturas mantenidas o incorrectas durante el trabajo.
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Carga excesiva de peso o movimientos repetitivos.
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Estrés, ansiedad y falta de sueño.
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Sobrepeso o debilidad muscular.
En muchos casos, el dolor lumbar no está relacionado con daño estructural grave, sino con una disfunción del movimiento, la falta de actividad o una percepción alterada del dolor.
¿Cómo se trata el dolor lumbar?
Las recomendaciones actuales incluyen:
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Ejercicio terapéutico: El movimiento es clave. Programas diseñados por kinesiólogos ayudan a recuperar el control motor, disminuir el dolor y mejorar la funcionalidad.
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Educación al paciente: Entender que el dolor no siempre significa daño y aprender a moverse sin miedo es fundamental para la recuperación.
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Terapia manual y técnicas complementarias: Utilizadas como complemento al ejercicio, alivian la tensión muscular y mejoran la movilidad.
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Intervención psicoemocional: En casos de dolor crónico, la terapia cognitivo-conductual y el manejo del estrés pueden ser muy útiles.
¿Por qué es importante tratarlo a tiempo?
Ignorar el dolor lumbar o recurrir solo al reposo puede cronificar la condición. La intervención temprana con kinesiólogos ayuda a:
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Prevenir recaídas.
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Recuperar la funcionalidad en la vida diaria.
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Mejorar el estado de ánimo y la calidad del sueño.
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Evitar complicaciones como hernias o ciáticas persistentes.
El dolor lumbar es una condición prevalente y discapacitante con un impacto significativo en la calidad de vida y la productividad laboral. La evidencia científica reciente respalda un enfoque multidisciplinario para su manejo, enfatizando el ejercicio terapéutico, la educación y el abordaje de factores psicosociales.
Publicado por K. Massiel.